Los vecinos rescataron del olvido, con distintas experiencias culturales,
las instalaciones de la Estación Provincial de 17 y 71 y sus alrededores, convirtiendo la zona en el Distrito Cultural Meridiano V.
En la actualidad, es un atractivo turístico que tiene sus raíces en los lazos solidarios, la memoria viva y la revalorización de un pintoresco rincón de la ciudad que mantiene intactos sus adoquines, casas bajas y antiguas farolas.
Espectáculos, muestras artísticas, talleres y ferias volvieron a dar vida a esta zona que supo recuperar la pujanza de antaño, transformando su destino de terminal ferroviaria en un espacio de encuentro cultural.
Meridiano V, con aires de otros tiempos.

Meridiano V

Ayer terminal ferroviaria, hoy barrio cultural

Al sur del casco urbano platense, el Barrio Meridiano V nació junto al trazado de la ciudad y le tocó contar con la estación cabecera del Ferrocarril Provincial, que funcionó como tal entre su inauguración en 1910 y la clausura en 1977. Sin el paso del tren, el edificio central y el predio ferroviario quedo abandonado sin el debido mantenimiento, apagándose no solo la Estación, sino el barrio todo…En el año 1988, el movimiento barrial empieza el camino para mejorar el barrio y la Estación; esa gesta vecinal es la que derivó en darle destino como centro cultural al edificio gestionado por los vecinos proponiendo que la memoria viva, los lazos solidarios y la cultura del encuentro sean motores del proyecto. Cada fin de semana, la música, el teatro y diversas actividades vuelven a dar vida a un barrio en el que el empedrado de las calles, los bares instalados en casonas recicladas, el imponente arbolado y las farolas antiguas protegen un aire de otro tiempo.

En su momento, el Ferrocarril Provincial “al Meridiano V” terminó por darle nombre a una populosa y activa barriada que conoció su mayor auge en tiempos del Ferrocarril; un extenso centro comercial se había formado sobre la avenida 71 y era un lugar con gran vida y movimiento. Pero en 1977, durante la dictadura militar, el ramal fue clausurado para el traslado de pasajeros, y posteriormente se canceló el transporte de cargas sobre sus vías de trocha angosta. Fue así como la estación La Plata -construida en 1910 por el ingeniero Enrique Dengremont, con una arquitectura sencilla, de rasgos clásicos de origen francés- cerró sus puertas. Sin el movimiento del tren, todo fue quedando en abandono, los comercios cerraron y la zona se fue apagando. A partir de 1988 los vecinos de la zona, en muchos casos hijos y nietos de ferroviarios, se pusieron a trabajar para revitalizar el lugar, y después de mucho esfuerzo, se fue logrando recuperar el enorme edificio abandonado, y crear el Centro Cultural Estación Provincial, con la finalidad de preservar la identidad del barrio, difundir la historia del ferrocarril y transformar el lugar en núcleo generador de actividades.

El barrio comenzó a despertar de su letargo: con centros culturales y bares que se modernizan respetando las lecciones del pasado. El Barrio Meridiano V ofrece cada fin de semana recitales musicales de todos los ritmos, espectáculos, feria de artesanías, talleres y una nutrida oferta gastronómica. Aire nuevo para las viejas ventanas, una puesta en valor que recupera el lugar como punto de encuentro y esparcimiento, vinculando la vida cultural como factor de integración y transformación social, generando un atractivo turístico tanto para los platenses como para quienes visitan la ciudad.
Un lugar donde se vive la cultura del encuentro.
Meridiano V, con aire de otros tiempos.

La importancia de la historia

La inauguración del Ferrocarril Provincial un 27 de abril de 1910, genero el crecimiento del barrio Meridiano V alrededor de la estación. Su cierre en 1977 impactó fuerte en la zona: donde antes funcionaba un centro comercial, solo sobrevivieron durante años el Bar Ocampos y el restaurante de Edgardo. La estación quedó abandonada hasta que, en el año 1988, comienza el movimiento barrial para recuperar la estación y el predio abandonado.
El impulso vecinal en 1988 comenzó, poco a poco, a trabajar y transformar el espacio: primero en que vuelva a ser lugar de encuentro colectivo, espacio verde recuperado y después en centro cultural motor de actividades comunitarias.
Hoy la estación es un espacio activo y diverso. Durante la semana hay talleres artísticos y actividades comunitarias. Los fines de semana se llena de ferias, propuestas culturales y encuentros gratuitos al aire libre, que fortalecen el uso del espacio público y generan trabajo local.
La zona se consolidó como un polo turístico y gastronómico, con la estación como punto de referencia y corazón del barrio.
Reconocer la historia compartida de los vecinos y las vecinas y las transformaciones logradas con esfuerzo colectivo, nos fortalece en identidad; porque cada sitio y sus relatos ayudan a conocernos, a seguir construyendo lazos solidarios y a fortalecer así la cultura del encuentro reconociendo siempre el valor de seguir construyendo comunidad.